martes, 24 de febrero de 2015

Modelos desnudos

Necesidad de dinero y un trabajo de medio tiempo.

Ambiente académico, muy profesional, sin morbo.



Si se menciona la palabra “modelo”, lo que se viene a la mente son fotografías, revistas, pasarelas, ropa hermosa, cuerpos esbeltos y hermosos rostros. Hasta hace poco, yo también pensaba lo mismo. En la Escuela Superior de Bellas Artes de Trujillo hay modelos, y no precisamente de cuerpos atléticos y cara bonita; sino de contextura normal – hasta puedo decir ‘rellenitos’ – quienes no modelan prendas de vestir sino sus cuerpos. Así es, posan desnudos  frente a aprendices del arte. Y no fue precisamente su amor por el arte lo que los motivó a ser modelos.


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Julio César Guerra Pesantes, técnico en marketing, tiene 38 años. Desde el año 2008 se desempeña como modelo en Bellas Artes. Contaba con un negocio propio de medio tiempo – una bodega, que administra con su hermano-  y buscaba un trabajo de medio tiempo.

- Encontré que en la Escuela de Bellas Artes necesitaban modelos.

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Grabiel es casado, tiene aproximadamente 37 años. Lleva como modelo 3 años. Él, suele trabajar en cualquier actividad.

-  Nunca me he negado para ningún trabajo.

Un amigo desempleado, le pidió comprarle el diario ‘La Industria’ en su edición del domingo, para buscar algún trabajo en la sección de clasificados. Antes de entregarle el diario a su amigo, leyó un anuncio el cual mencionaba “se busca modelos”.

-   De hecho ya tenía la idea de que necesitaban modelos desnudos.

Anotó la dirección, la hora y le entregó el diario a su amigo.

De izquierda a derecha: Julio Guerra y “María”, modelos artísticos de la Escuela Superior de Bellas Artes.

Margot Burga está casada, es ama de casa y tiene 51 años. A ella le propusieron ser modelo – para reemplazar a una que constantemente faltaba – por lo que, no tuvo que someterse a un casting la primera vez. Es modelo desde 1995; los primeros años en Cajamarca – donde vivía- , luego por motivos de salud y su madre, se trasladó a Trujillo.

-  Había una modelo que faltaba y como necesitaba trabajo, acepté. 

Margot Burga, modelo artístico desde 1995, junto a dibujos de los alumnos de Bellas Artes.

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Definir qué es modelo artístico, trae consigo respuestas diversas.

-   No sé cómo definirlo, nunca había pensado en ello. Pero lo que sé es que no es un trabajo, ni tampoco un hobby – es la respuesta de Grabiel.
-   Es un trabajo, puesto que implica tiempo y algo de esfuerzo – me dice “María”.
-   Lo defino como un trabajo, aquí me pagan – comenta Julio.
-   Para mí es un arte, porque no todos posarían desnudos para que lo dibujen o lo pinten – explica Margot.

Regularmente, el casting para ser modelo en la Escuela Superior de Bellas Artes de Trujillo, se realiza anualmente, y es el siguiente:

Una semana antes de iniciar las clases en la escuela, se publica un anuncio en un diario local, especificando el día y la hora.

Llegado el día, los aspirantes se presentan ante el profesor encargado de la prueba. Se les pide sus nombres, les comentan lo que buscan de los modelos.

-   “Por si acaso, aquí necesitamos modelos artísticos. Habrá ocasiones en los que deberán posar con el cuerpo totalmente desnudo. Pueden posar solos o en grupo” – me narra Julio.

Y se los llevan uno por uno a un aula, en donde hay un jurado integrado por siete profesores que los evalúan.

-   Entiendo que hay cuatro criterios: anatomía, proporción elasticidad, elasticidad y flexibilidad – me refiere Julio.

Los hacen posar, ya sea desnudos o semidesnudos.

-  No te preguntan peso, ni talla, ni antecedentes de trabajo; nada – me enfatiza Grabiel.
-  ¿Ni siquiera DNI? – le pregunto extrañada.
-   Ahora que me hace recordar, no, no nos pidieron DNI – me responde entre risas.

A la media hora después del casting del último aspirante, llaman a los seleccionados.

- ¿Hay requisitos específicos para ser modelo? – interrogo.
- Yo sé que para ser modelo artístico no importa si eres joven o viejo; gordo, delgado o atlético. Todo debe estar en relación con tu cuerpo, armonía corporal. Eso es lo que buscan – Me cuenta Julio.

Aceptado como modelo artístico, les explican detalles del contrato. De lunes a viernes. En cada clase son 50 minutos de trabajo, luego 10 de descanso. En total son 20 horas semanales. El sueldo es depositado por el Estado a la cuenta de cada uno.  Y tienen derecho a un seguro social, obviamente anual.

La primera experiencia en un aula, fue no tan diferente.

Julio Guerra empezó de a pocos. “Empezamos con rostro, luego extremidades, y finalmente desnudos completos”. Por el contrario, Grabiel, “María” y  “Margot”  en su primer día de actividad, se desnudaron completamente frente a los alumnos.

Esa primera experiencia trajo consigo reacciones ya esperadas. Para Margot fue simplemente, esperar a que termine el tiempo. Grabiel, “María” y Julio sintieron un poco de vergüenza mostrar su desnudez.

-   La primera vez fue igual a las otras veces: traemos puestos una bata, nos llevan al aula, nos hacen subir a la tarima – es una especie de colchón -, el profesor nos indica la pose que debemos optar y solo esperamos a que pasen los 50 minutos. Luego vienen los 10 minutos de descanso – en el que podemos salir a tomar algo – luego volvemos al salón, hasta que termine el tiempo de la clase. 

Tarima, lugar donde los modelos permanecen posando para los artistas.

Pero en esa primera experiencia, sabían que estaban en un ambiente profesional, donde los artistas que los observaban se preocupaban porque su dibujo o la pintura que bosquejaban en ese momento, fuese de lo mejor.

-  Yo los veo como un maniquí – me comenta Carla, alumna del taller de dibujo y pintura del segundo año.

   - Los profesores son hacen verlos como formas: triángulos, ovoides, etc. – me refiere André Castillo, alumno del taller de dibujo y pintura del segundo año.

-  Cada modelo es un elemento de estudio, nada más – enfatiza Carla.

¿Y qué hay de sus familias?, ¿cómo reaccionaron ante la idea de ser modelo artístico?
Por un lado, Julio me cuenta que sus padres fallecieron hace dos años, pero en vida, aceptaron su trabajo como algo normal, ya que uno de los hermanos de su madre es exalumno de esta Escuela Superior, y ya sabe cómo es esta labor.

Mientras que, Grabiel me explica que su esposa tomó a bien el ser modelo; en un principio no se lo dijo a sus padres, pero cierto día vio a su padre salir de su habitación, en la que tenía colgado un dibujo suyo, trazado por uno de los alumnos.

En tanto, Margot me cuenta que al día siguiente de haberse iniciado como modelo, llevó uno de los dibujos que la retrataba desnuda, y le dijo a su  madre “mamá, esto es lo que hago; si quieres que deje de ser tu hija, dímelo ahora” y su madre la apoyó. A  su esposo lo conoció cuando se desempeñaba como modelo y sus hijos opinan que es genial lo que hace. Aunque algunas de sus tías se escandalizan al ver el cuadro de uno de sus desnudos en su sala.

Mientras que a “María”, sus padres lo tomaron como un trabajo normal.

El trato con los alumnos y profesores es siempre cordial, con amabilidad y respeto, nunca se han sentido ofendidos de ninguna manera. Lo que les disgusta es el retraso en algunas clases, ya que algunos profesores llegan retrasados; otros dan demasiado tiempo para una pintura o dibujo en la misma posición.

Los alumnos del segundo año del taller de pintura me cuentan que la puntualidad de los modelos depende del profesor que va a dictar la clase.

- Por ejemplo, el profesor Herrera es muy exigente, pero muy buen profesor. Un día una modelo salió a su descanso que se suponía era de 10 minutos, pero habían pasado 25 minutos y no volvía. El profesor nos llamó a todos y fuimos a buscarla hasta el cafetín y la trajimos al aula, fue muy gracioso. – continúa, luego – Pero hay otros profesores que se relajan y pueden empezar hasta 10 minutos después de la hora establecida – Me dice Carla.

Pero eso sí los modelos, suelen no faltar, puesto que deben justificar con documentación por escrito la causa de su o sus faltas. Si ello sucede no recuperan clase, excepto si es un examen.

Este trabajo, o arte, como lo definen los modelos, es beneficioso en la medida que solo demanda de medio día realizarlo, ello no significa que algunos modelos no tengan otros planes a futuro.

Margot iba a retirarse el año pasado, pero como no trabajó ese año, este año sí se retirará; su madre está un poco enferma y quiere cuidarla. Grabiel y Julio piensan permanecer como modelo mientras se lo permitan. Mientras que “María” piensa seguir estudios o complementarlos con los que ya posee, para impartir enseñanza en la Escuela Superior; ella desea desempeñarse como profesora de Educación por el arte.

Es difícil para algunos la idea del desnudo, pero para ellos, que lo hacen casi a diario, es ya una costumbre. Pudo ser difícil al principio, un poco vergonzoso para algunos, pero ahora ya es algo ‘normal’. No se consideran inmorales o inferiores a los demás por el hecho de desnudarse, por el contrario “solo los valientes lo hacen” – enfatiza Margot.


Pedro, alumno del cuarto año del taller de dibujo y pintura

Alumnos del taller de escultura de la Escuela Superior 

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