(Opinión)
Sesenta y
ocho personas fallecieron en accidentes
de tránsito en el Perú hasta el 11 de febrero
del 2015; es decir, cada día mueren casi dos personas víctimas de los
choques y atropellos, según estadísticas de la Unidad de Investigación de
Accidentes de Tránsito de la Policía Nacional.
Esta cifra
alarmante sobre los accidentes de tránsito es generada porque los choferes no
respetan las señales de tránsito. Aún creen que ser ‘criollo' es acelerar
cuando la luz del semáforo está en ámbar para lleguen más rápido. ‘Ser vivo' en
Perú, significa violar las el Reglamento Nacional de Tránsito.
En nuestro
país los choferes de microbuses y combis se detienen en cualquier lugar y bajan
a sus pasajeros en medio de la pista, y adelantan a los demás vehículos para ganar
más pasajeros.
Muy pocas veces se observa que ceda el pase a un transeúnte en el cruce peatonal.
Por otro
lado, los mismos pasajeros solicitan bajar en cada esquina, jamás en los
paraderos adecuados. Los peatones cruzan por donde no se debe. Estas
infracciones se hacen más evidentes en las universidades, pues los alumnos
pasan la luz roja para peatones exponiendo sus vidas por no llegar tarde a
clases.
Para que
esta situación cambie, es necesario tomarla como política de Estado, tal como
lo hace actualmente Colombia, país que es una potencia en seguridad vial porque
ha tomado las medidas estrictas sobre el problema.
Para prevenir los accidentes
de tránsito es necesario una educación vial para los peatones y choferes,
también es necesario que las calles de las principales ciudades del Perú tengan
buenos semáforos (estos instrumentos deben ser verticales sin embargo muchos
son horizontales), y que la policía cumpla con su función, de fiscalización
real.
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